Caesaraugusta, annus DCCXLII ab urbe condita. (11 a. C.)
Querido lector:
Mi nombre es Lucio ILURTiBaS Auctor, y pertenezco a la octava generación de mercaderes de la antigua región íbera de orillas del curso medio del Hibervs Flvmen (río Ebro). La SEDETANIA.
Hace apenas 3 años que nuestra antigua población íbera de SALDUIE (Zaragoza), ubicada desde hace siglos en un promontorio en la desembocadura del río Olca (Huerva) en el Iber (Ebro); perdió su nombre a favor del que los romanos quisieron poner, como tributo a su emperador Cayo Julio César Octaviano (Augusto). Bueno... su emperador, y que ahora; desde hace unos 8 años, en que los últimos cántabros sucumbieron al poder de Roma... también es el nuestro.
Probablemente se preguntará, por qué este que escribe esta misiva, nacido y criado a la sombra de los estandartes de las guarniciones romanas acantonadas a las afueras de Salduie; al igual que lo fue mi padre y mi abuelo... quienes incluso dieron su sangre por los "hijos de la loba", puede sentir tal animadversión, por aquellos a los que considero indignos colonizadores. Esta... tal vez sea una historia que algún día le cuente, pero baste con adelantarle que tengo motivos personales más que justificados. Entre ellos, la pérdida de mi próspero negocio; que ha sido también el de mi familia desde tiempos remotos. Mi negocio, mi sustento y mi vida... y también el que debiera ser de mis hijos y mis nietos... "Entheca". Si este motivo le parece pequeño; (imagínese ser desposeído de sus bienes de la noche a la mañana), tengo algunos otros que espero tener ocasión de desgranarle con el tiempo y que tienen mucho que ver con las retorcidas perversiones y obsesiones del ser humano y con las memorias que atesoro de mi familia, que evidentemente transcurren paralelas a las de nuestro pueblo. Pueblo, ¡que parece que ha olvidado su pasado!, y que de esa manera, deshonra la memoria de sus ancestros.
El conocimiento... tal vez ese sea el hipotético pecado por el que debo penar y por el que esta jubilosa noche para muchos del Litha (solsticio de verano), y aciaga para mi, agolpa en mis recuerdos; con la ayuda de la áspera Caelia, cercanos sucesos y antiguos acontecimientos que turban mi ser.
Esta noche... los fuegos que hacen danzar a muchos de los míos, son los que arden en mi corazón. ¡Desdichados!. Que Ataecina se apiade de sus pobres almas y no se tengan que ver dentro de poco, danzando entre los fuegos del inframundo.